En 1655, el escritor español, Calderón de la Barca, escribió una obra titulada “El Gran Teatro del Mundo” en esta obra se cuenta la historia de que el Autor (Dios) en su afán de recrear una obra teatral, la cual representase el camino hacia la salvación y a la condenación, le presenta al mundo una serie de personajes, los cuales vienen siendo: el Mundo (el Anima Mundi), el Rey, la Religiosa (la Discreción), la Bella (la Hermosura), el Niño, el Pobre, el Rico, el Rey y el Labrador. Curiosamente todos estos personajes son una representación de la realidad social europea, los cuales en cierta forma al interactuar dan un sentido a la realidad social del mundo.
En gran medida todos los personajes de esta obra, vienen teniendo atributos y características de personalidades propias del pensar de cada uno de nosotros. Si bien cada personaje tiene un papel que representar en la obra, he notado que todos estos personajes de “El Gran Teatro del Mundo” tienen una conexión a la teoría de los arquetipos del Dr. Carl Gustav Jung, la cual corresponde a su trabajo de la Psicología Analítica. Los Arquetipos, vienen siendo cristalizaciones psíquicas o mejor dicho figuras psicológicas cargadas de una energía, producto de la selección natural, la imagen simbólica primordial y que en gran forma van a envolver al Yo de un sujeto.
Es muy curioso que en la obra de Calderón de la Barca, el personaje del Autor (Dios), le otorga un papel a cada sujeto, es decir a cada uno de los personajes le ofrece un rol, es decir les da un arquetipo. Estos arquetipos en cierta forma les dan un poder a cada personaje, para poder actuar en esta obra universal. Cada personaje que ya tiene un arquetipo desde la visión de “El Gran Teatro del Mundo”, tiene predestinado su premio y también su castigo, lo increíble es que todos los personajes de esta obra pueden modificar su rol para darle un sentido positivo a esta historia, pero estos sujetos en realidad son inconscientes (como nuestra humanidad) y se dejan interpretar por el arquetipo ya dado, el cual les dicta lo que deben hacer inconscientemente (pudiendo decirse que estos están programados, por el arquetipo o rol que se le ha asignado divinamente).
Por ejemplo el Rico, es un personaje soberbio, vano y egoísta, quizás muchos de nosotros cuando se nos ha hecho la pregunta de ¿cómo es un sujeto adinerado?, inconscientemente respondemos la idea programada de que un rico tiene que ser como el personaje de la obra del escritor Calderón de la Barca, no obstante no todos los ricos tienen esas características de ser seres superfluos o malvados, hay algunos que siendo ricos, destinan su dinero a obras de caridad. El personaje del Pobre por ejemplo es un sujeto sufrido, sin esperanzas, pues está condenado a la miseria y al hecho de no poder levantarse de su condición en la que se encuentra, lo mismo sucede cuando se nos pregunta ¿Cómo es un pobre? Creo que muchos automáticamente pensaremos que este tiene que ser como el personaje de la obra en cuestión, no obstante si analizamos a ambos personajes podemos notar que son libres de dar un cambio al concepto de lo inconsciente colectivo que la mente popular les ha otorgado a estos personajes o arquetipos, es decir el rico si fuese consciente de sus actos podría haber destinado sus riquezas a obras de caridad o haber ayudado al pobre y hubiese al final de la obra obtenido una salvación y no una condenación al fuego eterno. Mientras que el pobre si estaba cansado de su pobreza, podría haber buscado aliarse con el labrador o haber visto alguna fuente de trabajo independiente y haber cambiado su situación de miseria. No obstante el arquetipo una vez que ha poseído o se ha integrado al yo de un sujeto, en cierta forma le ciega a este, para que se comporte como ya se tiene impuesto en la idea de lo inconsciente colectivo.
Cada uno de los personajes de “El Gran Teatro del Mundo” de Calderón de la Barca, nos ofrece un entendimiento de cuan generalizado tenemos en nuestro pensamiento del papel que realizamos en este mundo, de hecho en la obra se menciona de que el Autor es decir Dios, espera que cada uno de los personajes, ofrezca una buena interpretación, es decir les otorga un libre albedrio, pero que al decir “buena interpretación”, el “Autor” ósea Dios, se refiere que estos son libres de hacer lo que deseen pero haciendo “acciones buenas” (es decir se comporten bien), no obstante los personajes siendo inconscientes no lo van a ver así, pensando que el libre albedrio es seguir lo que ha sido encomendado por el creador, es decir si el arquetipo esta en sombra, ellos no buscan modificar la oscuridad de ese rol y poder hallarle el aspecto lumínico del arquetipo que se les ha otorgado. Recordemos que en la teoría de la Psicología Analítica, se nos indica que cada Arquetipo tiene un lado de luz y un lado de oscuridad, si por ejemplo se no ha otorgado en esta vida el papel de adversarios, sabemos que para trascender en esta vida debemos ser héroes, somos libres de modificar el lado negativo del arquetipo que nuestro yo ha adoptado, para darle a ese arquetipo rumbos más positivos.
Si bien “El Gran Teatro del Mundo”, ofrece una serie de clichés conductuales y arquetípicos, nos permite poder comprender en buena medida como es que nosotros como seres humanos adoptamos el arquetipo que la vida le ofrece a nuestro yo (y que este ha decidido adoptar tal cual disfraz psíquico), aunque es vital decir que el arquetipo puede modificarse o mutar por otro. Lo importante de esta obra es poder comprender de que el rol que tengamos, mas las acciones que hagamos, van a tener un final o un desenlace positivo o negativo, es decir un premio o un castigo.
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