Todos los seres humanos tenemos uno o más complejos, no existe una sola persona en el mundo que pueda decir que no tiene algún complejo. Estos fragmentos psíquicos, son vistos por lo usual como algo negativo, tal vez por el hecho de que estos puedan “poseernos” como dijo el Dr. Carl Gustav Jung, pero recordemos que todo lo que pueda ser “negativo” en nuestra vida, tiene un lado “lumínico” o “numinoso” y los complejos, por lo tanto pueden tener características de luz. En la psique humana, hay infinidad de complejos muchos de ellos si deseamos pueden ser clasificados y muchos de estos pueden recibir el nombre de un personaje de la mitología como de la literatura, por ejemplo tenemos los famosos complejos de Edipo y Electra, los complejos de inferioridad y superioridad, el complejo de Cronos, el complejo de Medea, el complejo de Peter Pan, el complejo de Otelo, etc.
Debo comentar que los complejos son por decirlo de alguna manera, lo que nosotros conocemos como “sentimientos” o para explicarlo de otro modo, vienen siendo nuestras “emociones”, quizás el lector se pueda estar preguntando ¿porque no denominar solamente a los complejos con la palabra “emociones”?, la verdad es que los complejos, ofrecen una variada serie de características particulares que ofrecen conductas únicas, que los van a diferenciar de las emociones vulgares o compartidas, además muchos de estos se nutren de las emociones básicas como el amor y el odio, pero evolucionan en su mayoría en conductas patógenas que si no se manejan pueden distorsionar la psique humana y por lo tanto trastornar a un individuo en caminos que le impiden llegar a tener una rectitud.
Habiendo explicado lo que es un complejo, debo mencionar que de la larga lista de complejos, hay uno que llamó mi atención y viene siendo el complejo de Peter Pan (algunos lo mencionan como “Síndrome de Peter Pan”), este complejo que tiene su base en los mecanismos de defensa de la regresión y la negación, logra afectar a muchos individuos que tienen un temor al envejecimiento y al hecho de afrontar responsabilidades, por lo que van a esconderse en las faldas de la niñez, pues sienten inconscientemente que madurar o crecer es abrazar a la muerte y a la vez el sentir que tienen que valérselas por sí mismos, de hecho son varios los hombres que padecen este complejo, un caso famoso que padeció este complejo fue el cantante americano Michael Jackson. Quien por su mala infancia, deseaba ser siempre un niño, es decir se negaba a crecer como Peter Pan. Aun así en su calidad de padre seguía siendo un niño y veía a sus hijos como sus amiguitos que nunca tuvo. Hay que mencionar que hay sujetos que padecen este complejo tienden a no querer ser padres, pues ser padre es sinónimo de responsabilidades, de hecho el psicoanalista de orientación lacaniana Alberto Vargas mencionó lo siguiente: “Un varón se hace hombre al ser padre, el varón al ser padre se afirma como hombre, pues tiene una función social cuando se hace padre”.
No obstante este Complejo de Peter Pan es completamente masculino, por lo que no se puede negar que este complejo debería tener su versión femenina, si analizamos que el famoso complejo de Edipo, le fue dado por el psicoanalista Carl Gustav Jung, una contraparte femenina como lo es complejo de Electra, me preguntó y ¿por qué el Complejo de Peter Pan, no podría tener su versión femenina?, analizando que en la humanidad hay mujeres que también se resisten a crecer pero que en el fondo desean ser mujeres adultas, es ahí que en la literatura hallé tal cual explorador a un personaje que puede ser usado para bautizar a la contraparte femenina del complejo de Peter Pan, y ese personaje sería el de Claudia, personaje del libro “Entrevista con el Vampiro”, que a la vez es un personaje mencionado en algunos libros de la serie de textos “Crónicas Vampiricas” de la escritora americana Anne Rice.
Claudia es una niña que fue convertida en vampiro por el vampiro Lestat, luego de ser mordida por Louis el Vampiro. Una vez que Claudia se volvió una “chupasangre” como ellos, estos la trataron como su hija por muchos años, y por ende vivió siendo una “niña”, no obstante con el tiempo su mente fue creciendo hasta que un día vio a una mujer desnuda y deseo ser como esta, pero notó que su figura era la de una niña (pero ella ya tenía la mente de una mujer de 40 años), Claudia se encaprichó como una niña por el hecho de no poder ser una mujer adulta, por lo que se enfrentó a sus padres los vampiros Louis y Lestat. Es curioso que teniendo la mente de una mujer madura, sus reacciones eran infantiles en el libro (se podría decir tuvo en su arranque de furia actitudes infantiloides), considerando su tiempo que tenia viva como “vampiro”, podría haber manejado su cólera. Cuando aplacó su cólera siguió comportándose como una niña caprichosa en el trascurso de las obras de Anne Rice, en caso el lector no pueda conseguir el libro, recomiendo vea la adaptación que se hizo de “Entrevista con el Vampiro”, filme que fue protagonizado por Tom Cruise, Brad Pitt, Antonio Banderas y Kristen Dusnt.
No obstante con el breve análisis del personaje de Claudia, con el cual he bautizado a este complejo, debo decir que hay mujeres en el mundo que teniendo ya más de 20 años, siguen comportándose como “niñas”, es mas muchas de estas mujeres mantienen vida sexual activa (y me refiero al hecho de que estas han practicado el coito o alguna práctica sexual) algo que una niña no hace por su inocencia. Hay mujeres que desean que las mimen los maridos o los novios como si estas fuesen niñas pequeñas e indefensas, incluso he conocido algunas mujeres que usan palabras infantiles en su discurso, como si estas fuesen niñas pequeñas que cuando desean que se les haga caso, por ejemplo ellas en vez de decir la palabra “si”, dicen la palabra “ti”, encima estas recaen en tener conductas infantiles o infantiloides, algunas de ellas les encanta que las denominen como “bebitas”. En parte estos comportamientos se deben a la crianza machista que hay en las familias, sobretodo en esas que existe un fuerte dominio patriarcal o fálico, pues muchos padres en el hecho de ver a sus hijas como débiles, las condicionan a quedarse como pequeñas niñas indefensas, no se puede decir que estos las castran sino que las estacan o congelan en permanecer como niñas mentalmente en ese estado, de hecho siempre oigo que el padre no deja que su hija haga labores arduas o que se defienda porque esta es la “niña de sus ojos”, por lo que en vez de hacerles un favor las dañan.
Pero hay un detalle muy interesante y es que muchas de estas mujeres infantiles huyen a la palabra matrimonio y al hecho de querer ser madre (de hecho decirles “cásate conmigo” seria como mostrarle la cruz al diablo o al vampiro), cuando se les pregunta por hijos se proyectan imaginándose con muchos gatos o muñecas. Recordando lo que mencionó el psicoanalista Alberto Vargas, con respecto a la paternidad del hombre, podríamos traducirlo en una versión femenina: “Una mujer se hace mujer al ser madre, la mujer al ser madre se afirma como mujer, pues tiene una función social cuando se hace madre”, no obstante saldrán personas que dirán que una mujer es dueña de su cuerpo, y lo es, solo que en este articulo se analiza de aquellos casos con conductas infantiles y que incluso dichas conductas, a estas mujeres les puede acarrear una serie de problemas en su vida, pues hay que decir que muchos varones desean tener una mujer o mejor dicho una “hembra desarrollada” que tener a una niña a quien cuidar y con la cual no puedan procrear (considerando hay varones que si desean ser padres), aunque claro hay varones que les encantan las “niñas a quien proteger o con las cuales sentirse rejuvenecidos”, pero ese sería otro estudio en la sexualidad humana.
No obstante cuando una mujer con 40 años a más mantiene una relación afectiva / sexual, con un hombre joven por lo usual 10 años mayor, puede en algunos casos darse en una búsqueda del querer sentirse jóvenes, de hecho las mujeres jóvenes que mantienen relaciones con viejos, las tienen por protección (afectiva o económica) o por el hecho de tener alguien con quien aprender algo o cubrir una ausencia paterna. En el caso de las cuarentonas que les encanta hombres jóvenes puede darse por un complejo de Yocasta, del amar al joven como un hijo o darse como este nuevo complejo de Claudia, estar con un hombre joven para sentirse otra vez en los brazos de la juventud como los tiempos antiguos, vampirizando la juventud del muchacho y negándose a envejecer, lo triste es que el joven va a crecer y como va a crecer por lo usual va a desear una mujer joven y la pobre mujer mayor es mandada al olvido, lo que puede traerle dolor a esta.
Las razones de porque pueden darse este complejo de Claudia en las mujeres son varias:
• Crianza patriarcal donde a la niña nunca se le permitió desenvolverse por sí misma.
• Regresión y negación al crecimiento.
• Deseo por sentirse eternamente joven.
• Reforzamiento de las conductas infantiles.
• Programación mental o social de que todo lo que es joven es bonito y lo viejo es feo.
No obstante como todo complejo este puede ser controlado, analizado y regulado para que no afecte a la persona que lo padezca, ya que si uno no se da cuenta de lo que se tiene, ese “mal” o “complejo” puede realmente "poseer" a la persona y por lo tanto afectar en su vida anímica o afectiva.
Debo comentar que los complejos son por decirlo de alguna manera, lo que nosotros conocemos como “sentimientos” o para explicarlo de otro modo, vienen siendo nuestras “emociones”, quizás el lector se pueda estar preguntando ¿porque no denominar solamente a los complejos con la palabra “emociones”?, la verdad es que los complejos, ofrecen una variada serie de características particulares que ofrecen conductas únicas, que los van a diferenciar de las emociones vulgares o compartidas, además muchos de estos se nutren de las emociones básicas como el amor y el odio, pero evolucionan en su mayoría en conductas patógenas que si no se manejan pueden distorsionar la psique humana y por lo tanto trastornar a un individuo en caminos que le impiden llegar a tener una rectitud.
Habiendo explicado lo que es un complejo, debo mencionar que de la larga lista de complejos, hay uno que llamó mi atención y viene siendo el complejo de Peter Pan (algunos lo mencionan como “Síndrome de Peter Pan”), este complejo que tiene su base en los mecanismos de defensa de la regresión y la negación, logra afectar a muchos individuos que tienen un temor al envejecimiento y al hecho de afrontar responsabilidades, por lo que van a esconderse en las faldas de la niñez, pues sienten inconscientemente que madurar o crecer es abrazar a la muerte y a la vez el sentir que tienen que valérselas por sí mismos, de hecho son varios los hombres que padecen este complejo, un caso famoso que padeció este complejo fue el cantante americano Michael Jackson. Quien por su mala infancia, deseaba ser siempre un niño, es decir se negaba a crecer como Peter Pan. Aun así en su calidad de padre seguía siendo un niño y veía a sus hijos como sus amiguitos que nunca tuvo. Hay que mencionar que hay sujetos que padecen este complejo tienden a no querer ser padres, pues ser padre es sinónimo de responsabilidades, de hecho el psicoanalista de orientación lacaniana Alberto Vargas mencionó lo siguiente: “Un varón se hace hombre al ser padre, el varón al ser padre se afirma como hombre, pues tiene una función social cuando se hace padre”.
No obstante este Complejo de Peter Pan es completamente masculino, por lo que no se puede negar que este complejo debería tener su versión femenina, si analizamos que el famoso complejo de Edipo, le fue dado por el psicoanalista Carl Gustav Jung, una contraparte femenina como lo es complejo de Electra, me preguntó y ¿por qué el Complejo de Peter Pan, no podría tener su versión femenina?, analizando que en la humanidad hay mujeres que también se resisten a crecer pero que en el fondo desean ser mujeres adultas, es ahí que en la literatura hallé tal cual explorador a un personaje que puede ser usado para bautizar a la contraparte femenina del complejo de Peter Pan, y ese personaje sería el de Claudia, personaje del libro “Entrevista con el Vampiro”, que a la vez es un personaje mencionado en algunos libros de la serie de textos “Crónicas Vampiricas” de la escritora americana Anne Rice.
Claudia es una niña que fue convertida en vampiro por el vampiro Lestat, luego de ser mordida por Louis el Vampiro. Una vez que Claudia se volvió una “chupasangre” como ellos, estos la trataron como su hija por muchos años, y por ende vivió siendo una “niña”, no obstante con el tiempo su mente fue creciendo hasta que un día vio a una mujer desnuda y deseo ser como esta, pero notó que su figura era la de una niña (pero ella ya tenía la mente de una mujer de 40 años), Claudia se encaprichó como una niña por el hecho de no poder ser una mujer adulta, por lo que se enfrentó a sus padres los vampiros Louis y Lestat. Es curioso que teniendo la mente de una mujer madura, sus reacciones eran infantiles en el libro (se podría decir tuvo en su arranque de furia actitudes infantiloides), considerando su tiempo que tenia viva como “vampiro”, podría haber manejado su cólera. Cuando aplacó su cólera siguió comportándose como una niña caprichosa en el trascurso de las obras de Anne Rice, en caso el lector no pueda conseguir el libro, recomiendo vea la adaptación que se hizo de “Entrevista con el Vampiro”, filme que fue protagonizado por Tom Cruise, Brad Pitt, Antonio Banderas y Kristen Dusnt.
No obstante con el breve análisis del personaje de Claudia, con el cual he bautizado a este complejo, debo decir que hay mujeres en el mundo que teniendo ya más de 20 años, siguen comportándose como “niñas”, es mas muchas de estas mujeres mantienen vida sexual activa (y me refiero al hecho de que estas han practicado el coito o alguna práctica sexual) algo que una niña no hace por su inocencia. Hay mujeres que desean que las mimen los maridos o los novios como si estas fuesen niñas pequeñas e indefensas, incluso he conocido algunas mujeres que usan palabras infantiles en su discurso, como si estas fuesen niñas pequeñas que cuando desean que se les haga caso, por ejemplo ellas en vez de decir la palabra “si”, dicen la palabra “ti”, encima estas recaen en tener conductas infantiles o infantiloides, algunas de ellas les encanta que las denominen como “bebitas”. En parte estos comportamientos se deben a la crianza machista que hay en las familias, sobretodo en esas que existe un fuerte dominio patriarcal o fálico, pues muchos padres en el hecho de ver a sus hijas como débiles, las condicionan a quedarse como pequeñas niñas indefensas, no se puede decir que estos las castran sino que las estacan o congelan en permanecer como niñas mentalmente en ese estado, de hecho siempre oigo que el padre no deja que su hija haga labores arduas o que se defienda porque esta es la “niña de sus ojos”, por lo que en vez de hacerles un favor las dañan.
Pero hay un detalle muy interesante y es que muchas de estas mujeres infantiles huyen a la palabra matrimonio y al hecho de querer ser madre (de hecho decirles “cásate conmigo” seria como mostrarle la cruz al diablo o al vampiro), cuando se les pregunta por hijos se proyectan imaginándose con muchos gatos o muñecas. Recordando lo que mencionó el psicoanalista Alberto Vargas, con respecto a la paternidad del hombre, podríamos traducirlo en una versión femenina: “Una mujer se hace mujer al ser madre, la mujer al ser madre se afirma como mujer, pues tiene una función social cuando se hace madre”, no obstante saldrán personas que dirán que una mujer es dueña de su cuerpo, y lo es, solo que en este articulo se analiza de aquellos casos con conductas infantiles y que incluso dichas conductas, a estas mujeres les puede acarrear una serie de problemas en su vida, pues hay que decir que muchos varones desean tener una mujer o mejor dicho una “hembra desarrollada” que tener a una niña a quien cuidar y con la cual no puedan procrear (considerando hay varones que si desean ser padres), aunque claro hay varones que les encantan las “niñas a quien proteger o con las cuales sentirse rejuvenecidos”, pero ese sería otro estudio en la sexualidad humana.
No obstante cuando una mujer con 40 años a más mantiene una relación afectiva / sexual, con un hombre joven por lo usual 10 años mayor, puede en algunos casos darse en una búsqueda del querer sentirse jóvenes, de hecho las mujeres jóvenes que mantienen relaciones con viejos, las tienen por protección (afectiva o económica) o por el hecho de tener alguien con quien aprender algo o cubrir una ausencia paterna. En el caso de las cuarentonas que les encanta hombres jóvenes puede darse por un complejo de Yocasta, del amar al joven como un hijo o darse como este nuevo complejo de Claudia, estar con un hombre joven para sentirse otra vez en los brazos de la juventud como los tiempos antiguos, vampirizando la juventud del muchacho y negándose a envejecer, lo triste es que el joven va a crecer y como va a crecer por lo usual va a desear una mujer joven y la pobre mujer mayor es mandada al olvido, lo que puede traerle dolor a esta.
Las razones de porque pueden darse este complejo de Claudia en las mujeres son varias:
• Crianza patriarcal donde a la niña nunca se le permitió desenvolverse por sí misma.
• Regresión y negación al crecimiento.
• Deseo por sentirse eternamente joven.
• Reforzamiento de las conductas infantiles.
• Programación mental o social de que todo lo que es joven es bonito y lo viejo es feo.
No obstante como todo complejo este puede ser controlado, analizado y regulado para que no afecte a la persona que lo padezca, ya que si uno no se da cuenta de lo que se tiene, ese “mal” o “complejo” puede realmente "poseer" a la persona y por lo tanto afectar en su vida anímica o afectiva.
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