"¿Cuantas guerras serán provocadas? ¿Cuántas luchas desprestigiadas? por estos cobardes de la pluma siguen falseando tu sigue y suma. Desde el sillón de su despacho por televisión, también por la radio, esparciréis vuestras consignas, vendidos, cerdos periodistas".
Guerrilla Oi - Cerdos Periodistas
Vivimos en tiempos que necesitamos estar informados de lo que sucede en nuestro entorno, en especial ahora que somos participes de la experiencia de una cuarentena global, por culpa de la propagación de un virus llamado Coronavirus (actualmente Covid 19). Es cierto que los medios de comunicación o Mass Media (prensa televisiva, prensa escrita & digital y prensa radial) son los que aportan con esa información vital que todos los peruanos necesitamos, el periodista el cual por regirse al arquetipo del “Hermes”, debería por excelencia ser un mensajero o mejor dicho un héroe de la información, pero en la actualidad, no lo es, pues como comunicador social y futuro psicólogo he notado que hay una doble moral en el discurso del periodismo peruano en estos tiempos de cuarentena.
La doble moral que hago mención, surge en el discurso del periodismo en el Perú, el cual reside en su hipocresía de promover el “manténgase en casa”. Si bien se necesita estar informados hay que reconocer que el periodismo (en este caso el televisivo) muchos colegas se han mantenido en un constante movimiento innecesario, hemos sido participes de ver programas de espectáculos como el de Magaly Medina, cuya información se basa en la divulgación de chismes de espectáculo, y ahora la señora promueve información seria sobre la cuarentena (por necesidad del rating y seguir cobrando), so expensa del perjuicio de sus trabajadores (camarógrafos y reporteros), los cuales muchos de ellos se han visto afectados por el Covid 19. Es ahí donde notamos el asunto de SEGUIR COBRANDO, por ejemplo el martes 5 de mayo en la noche en el canal peruano Frecuencia Latina, se presento una nota donde se mostraba que muchos vendedores ambulantes estaban ofreciendo sus productos para el día de la madre en el centro comercial Mesa Redonda, la reportera que cubría esta nota, censuraba el acto de los comerciantes por vender en tiempos de cuarentena en la calle, a lo cual la periodista se dirigió a un vendedor y le pregunto el ¿Por qué estaba vendiendo en cuarentena? Y el vendedor le respondió amablemente: “porque si no vende de que come”. Esto es un punto muy importante que hay que resaltar: “SI NO VENDE DE QUE COME”, Perú es un país que no es como los países de Europa, donde existe una buena economía, muchos de nuestros compatriotas viven del día a día, este no es un país en el que todos vayan a las universidades (e incluso hay un grupo que privilegiadamente va a una universidad pero no le saca partido a su oportunidad de estudiar y que otros no logran gozar), por lo tanto muchos peruanos recurren a vender en las calles, ya sea ofreciendo verduras, golosinas o artículos variados, el periodista vive ofreciendo información, pues ese es su negocio, si el periodista no cubre noticias obviamente no va a recibir paga, es ahí donde yo me pregunto si aquel vendedor ambulante dejase de trabajar para guardar cuarentena ¿Qué pasaría? La respuesta obvia, es que ese señor se va a endeudar y no podrá mantener a su familia, es ahí donde se nota la doble moral del periodismo, si tan entusiasmados están en que todos los peruanos HAGAMOS CUARENTENA ¿Por qué los periodistas de la tv no hacen también su cuarentena? Claro como ellos trabajan (lavan su conciencia de que están informando), no se ponen en el papel empático del que si no trabajas no ganas dinero.
Otro aspecto en la hipocresía del periodismo en el Perú es el hecho de enviar periodistas o reporteros a cubrir las intervenciones policiales a personas que no acatan las normas, el día lunes 4 de Mayo en América Tv, cubrieron la batida a una fiesta chicha que se realizó en el distrito limeño de San Juan de Lurigancho, el reportero en cuestión tal cual perro de cacería acusaba ante la policía del Perú a toda persona que veía fuera y estaba chismeando por curiosidad fuera de su casa para que los policías fuesen a detenerlos. Este acto del reportero, me indigno como periodista, pues es ahí que se ve al periodista peruano como un fiscal acusador, fanatizado en que se cumpla la norma (la cual el tampoco cumple), lo curioso es que el periodista ni siquiera usaba un material decente de bioseguridad, para protegerse del virus, es decir solo usaba una mascarilla quirúrgica de un sol, y unas gafas para observar bien, pero no usaba ni un protector facial, ni un mono y menos guantes, para dar el ejemplo. ¿Pero es culpa del periodista? No, la culpa en este caso es del dueño del canal, que envía a reporteros para dar noticias y seguir ganando (y enriqueciéndose tal cual cerdo), pero el periodista peruano falla en un punto que le hace ser culpable, y es la de seguir obedeciendo y ser parte de la carne de cañón en tiempos serios como esta cuarentena. Notamos que el periodismo en el Perú se vuelve más hipócrita, pues si tanto se promueve el QUÉDENSE EN CASA, porque no se promueven en un: “PARAREMOS LAS TRANSMISIONES EN VIVO, PARA DAR EL EJEMPLO”, obviamente no, lo harán, porque si no, de que viven. Ósea el vendedor ambulante debe estar en casa y sin recibir dinero para vivir, porque hay que evitar la propagación de la enfermedad (vale, vale), pero don periodista (que es una máquina que jamás se va a enfermar) no puede dejar de trabajar, porque cree ser el héroe y si no trabaja no cobra, ósea el otro no puede cobrar por ser alguien que no fue a una universidad pero tu si puedes trabajar porque si fuiste a la universidad, claro lo ancho para unos y lo angosto para otros.
Tal cual Manuel Gonzales Prada, YO ACUSO AL PERIODISMO por su doble moral, por su hipocresía, de no tener el valor de acusar a los verdaderos culpables de esta pandemia, esta culpa se la hecho principalmente al presidente y a sus ministros, a los ricos y a los poderosos, pues el presidente en vez de haber cerrado las fronteras a penas se supo de esta pandemia, no lo hizo, los ministros (en especial los de Salud) que si bien muchos eran cambiados, jamás hicieron nada para mejorar el sistema de salud del Perú, a los ricos que viajaron a Europa, Asia y Norteamérica, trajeron ese virus, porque los pobres, realmente, muchos de ellos no tienen la oportunidad de viajar al extranjero. También acuso al periodismo por venderse y no protestar, por no ofrecer una verdadera información sobre los verdaderos datos de los infectados, por esas y más razones me atrevo a acusar al periodismo por su hipocresía.
La razón por la que un periodista acusa al pueblo y no acusa al poderoso, se debe a dos factores, que como comunicador y futuro psicólogo he analizado, puedo decir que al periodista se le educa para que solo informe, pero también hay que reconocer que en esa formación existe el asunto de meter el chip de “acusar” (pero hay periodistas que son cobardes, pues en vez de acusar a quien debería, acusa al que considera débil y sabe que el débil, no le va agujerear la cabeza, como aquel periodista que he mencionado que acusaba a los vecinos del distrito intervenido que salían a mirar a las calles, para que les detuviese la policía). El otro factor es que el periodista moralmente es convenido, ósea el periodista no se le rebela al poderoso porque sabe que puede recibir un favor, como el caso de Milagros Leiva, que cuando la detuvieron fue a llamar a un amigo poderoso y le ayude a salir de su problema. El periodismo visto desde un ángulo es un arma de doble filo, que si bien debe servir al pueblo, vemos realmente que ayuda más bien al poderoso y al corrupto, en especial si corre unos billetes, lo cual hace pensar que un periodista en nuestro país parece más bien por un lado una prostituta y por otro un ratón asustado por un gato.
El anarquista peruano Manuel Gonzales Prada en su obra “Horas de Lucha”, mencionó en el capitulo “A Nuestros Periodistas”: “Los males causados por la falta de sinceridad y honradez resaltan en los diarios de Lima, casi todos sin opiniones fijas ni claras, defensores sucesivos del pro y del contra, apañadores de los más odiosos negociados fiscales, voceros de bancos, empresas de ferrocarriles, compañías de vapores y sociedades en que impera el agio y el monopolio”. Lo que reafirma mi tesis en cuanto que el periodismo, no acusa a los verdaderos responsables de lo que ocurre en nuestro país, velando por sus propios intereses.
Pero la razón psicológica por la que nuestro periodismo es corrupto y vendido se debe al cáncer social que afecta a cualquier profesional (eso incluye a Psicólogos y Médicos), ese cáncer es el de la Ignorancia, la cual prolifera día a día en universidades, institutos y colegios. Gonzales Prada ya veía ese cáncer como un mal en el periodismo, afirmando lo siguiente: “La falta de sinceridad y honradez, se junta casi siempre al exceso de ignorancia, hasta cabe afirmar que la ignorancia con humos de suficiencia vive inseparablemente unida a la improbidad: un espíritu honrado aprende antes de enseñar y no enseña lo que ignora. Si hay delito en alquilar su pluma y vender sus opiniones, también la hay quien sabe mayor, en divulgar una ciencia que no posee y llevar el engaño a los ignorantes y sencillos”.
Este manifiesto anarquista con una dosis de psicología social, espero sirva y que algunos no se ofendan, lo cual el que se ofende es porque gozaría de una característica digna de personajes con un alta carga egoica o niveles altos de narcisismo, mas bien espero que mi manifiesto anarquista se vea como un llamado a la reflexión de ¿Qué diablos estamos haciendo los periodistas por no practicar lo que predicamos? ¿Qué diablos estamos haciendo por no rebelarnos al sistema? Ya que si bien muchos colegas andan con el de promover el no salgan de casa, pregunto ¿acaso también damos el ejemplo?…
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