El ser humano desde sus orígenes ha sido un ser que tiene la necesidad de creer en algo superior a él, de hecho el hombre ha tenido una infinidad de dioses en el transcurso de los tiempos, aunque en la actualidad la religión que mas sobresale es la cristiana, seguida por su raíz el judaísmo y su primo hermano el islamismo. En estas 3 religiones actuales se comparte la creencia por un dios único, un padre creador del mundo y del universo. Su nombre varía según la lengua, para los musulmanes es Alá, para los judíos es Iahvé y para los cristianos es simplemente Dios. La figura de su imagen varia, aunque en realidad este ser divino, en el cual creemos no tiene ninguna imagen pero si ha mantenido una personalidad cambiante. Si analizamos a los diversos dioses de la humanidad en gran parte, muchos de estos son el reflejo de la sociedad que los adopta como figuras divinas o proyectan la personalidad del líder religioso, partamos que el concepto de un dios único no es algo propio de las religiones abrahámicas, los egipcios tuvieron un culto a un solo dios, el cual fue adorado en tiempos del faraón Akenatón, que por cierto fue el incentivador de adorar a un solo dios que morase en los cielos, en este caso era el sol, a este dios se le llamó Atón. Este dios era muy similar a la divinidad principal de los Incas, el cual era llamado Inti (el Sol), este dios moraba en los cielos. Los griegos tenían incluso una tuvieron adoración por dioses que moraban en los cielos, los cuales eran llamados como dioses olímpicos, mientras que a los dioses terrenales se les llamaba de dioses ctónicos.
Hay que decir que a los dioses actualmente se les ha reducido a figuras psicológicas o arquetipos que moran en el inconsciente colectivo de la humanidad, es por ello su valor, no obstante los dioses al morar en lo inconsciente colectivo, no pueden destruir al hombre, pues necesitan al hombre para existir, necesitan al hombre para que les rinda culto, de ahí que muchos dioses exigen sacrificios y atenciones, pues sin los hombres, el dios o los dioses perecen, cabe decir que la humanidad ha compartido el mito del diluvio, pero la humanidad a pesar de ser un mal, no desaparece, porque el dios o los dioses necesitan a esa batería energética llamada “hombres” para su existencia.
Hay que decir que a los dioses actualmente se les ha reducido a figuras psicológicas o arquetipos que moran en el inconsciente colectivo de la humanidad, es por ello su valor, no obstante los dioses al morar en lo inconsciente colectivo, no pueden destruir al hombre, pues necesitan al hombre para existir, necesitan al hombre para que les rinda culto, de ahí que muchos dioses exigen sacrificios y atenciones, pues sin los hombres, el dios o los dioses perecen, cabe decir que la humanidad ha compartido el mito del diluvio, pero la humanidad a pesar de ser un mal, no desaparece, porque el dios o los dioses necesitan a esa batería energética llamada “hombres” para su existencia.
Pero uno puede preguntarse ¿Pero porque esa búsqueda del hombre por adorar a un dios o dioses y porque estos deben morar en el cielo? Y ¿Por qué al dios o a los dioses que moran en el cielo tienen que ser atribuidos siempre al bien? Hay muchas posibles respuestas, pero todas abordan el campo psicológico, partamos que el ser humano considera que la divinidad es algo positivo, puro y noble, por lo que esta divinidad puede ascender y si asciende va a estar arriba (porque recalco es una imagen inmaculada y también de poder), lo que le atribuye el que sea una entidad positiva, mientras que a lo impuro, lo mundano y lo corrupto para la mente humana por lo general se le atribuir siempre a que sea algo negativo y por esto corresponda a lo terrenal. Por otro lado, el sol es un elemento que brinda luz y calor, por lo que a la vez va a traer vida, el fuego purifica, por eso al estar arriba va a proteger a la humanidad, lo cual el sol cumple todas las características de poder ser atribuido a una imagen divina (esta arriba, brinda protección y luz). No obstante desde la perspectiva de la Psicología de Carl Jung, el sol tiene la forma de un circulo, este por lo tanto representa a la figura universal de protección, el Mandala, que como muchos sabrán es una figura numinosa de lo inconsciente colectivo el cual es el punto donde la personalidad inicia su camino.
Los dioses en su mayoría han tenido diversas representaciones, diversas formas, vemos dioses con aspectos animales o incluyen una diversa simbología para ser representados, mencionare a algunas divinidades, pues estudiarlas a todas tomaría mucho tiempo, pues cada dios tiene una representación útil para cada pueblo o para una necesidad mágica por la que su simbología va a permitir que se le busque para recibir el poder al que se le atribuye en el favor de alguna ayuda.
Partamos que el cuerpo material, que la humanidad lega a los diversos dioses viene siendo la suma de los diversos símbolos que van a conformar el cuerpo de estos en lo inconsciente, es decir el dios se transforma en una estructura a la vista de los hombres. El primer caso a analizar es la Dama Ciega de la Justicia, es decir la diosa romana Iustitia. Para empezar a la figura femenina siempre se la atribuido el papel de manejar la justicia, tenemos a la diosa Nemesis, Maat e Isis, por otro lado la palabra Iustitia es un término femenino, por lo que una figura de mujer corresponderá correctamente como simbología de la Justicia, con respecto a la balanza, esta es una representación del equilibrio, del peso correcto, de lo estable por ende es una herramienta que tiene que darle peso a la justicia, la espada es un elemento para defender y atacar, cortar lo malo o podrido, por lo tanto es una herramienta a la justicia, con respecto a la venda, cabe decir que siempre se ha dicho “la justicia es ciega”, porque esta no es perfecta, muchas veces la justicia humana a favorecido al poderoso y al corrupto, muchas veces se castiga pequeños males como si estos fuesen mayores, y al no ser perfecta se puede hacer justicia a través de la maldad.
Otros dioses a analizar vienen siendo los dioses con cuernos, tenemos por mencionar al dios celta Cernunos, al dios egipcio Khnum, el dios griego Pan y al dios cananita Moloch, pero cada uno con personalidades variadas. Moloch en sus características psicológicas y divinas es muy similar al Minotauro (es muy probable que los griegos se inspirasen en este dios para crear al monstruo con el que combatiría su rey mítico Teseo), de hecho a este dios se le entregaban sacrificios humanos, de víctimas inocentes y a la vez ambos tenían la cabeza de un toro, Khnum o Jnum, es el dios que moldeó del barro a la humanidad, un dios poderoso pero benévolo a pesar de tener la cabeza de un carnero, con respecto a Cernunos este tiene solo cuernos de venado pero se le atribuye el poder de la fertilidad, quizás su parecido más cercano es el del dios griego Pan, el cual es una divinidad terrenal con la misma facultad de la fertilidad. ¿Pero porque los cuernos? Partamos que estos dioses no son divinos, es decir no moran en el cielo, son dioses de la tierra, por otro lado son dioses con poder, justamente es ahí la explicación de esta característica, el ser humano atribuía antiguamente que el cuerno era un arma exclusiva de los seres salvajes (que veía como poderosos) y como tal este es un símbolo de poder para generar fuerza. De hecho las hembras como las vacas, las ovejas o las ciervas hacen caso exclusivamente a los machos con cuernos grandes, lo cual hace que el cuerno sea una cualidad sexual, por lo tanto el que un dios tenga cuernos le acerca al concepto de ser un dios de la fertilidad, claro que posteriormente la humanidad atribuyó al miembro viril erecto y grande como un símbolo de fertilidad y poder, algo que podemos ver y comprobar en representaciones de los faunos griegos los cuales tenían cuernos y un enorme miembro fálico (el cual puede asustar a la persona más santurrona, como excitar a una persona altamente lujuriosa). Y ¿Por qué estos dioses tenían cabezas animales? Al ser dioses terrenales estos de alguna manera eran proclives a padecer momentos de lujuria, de hecho los animales son lujuriosos por instinto y buscan procrearse para prevalecer a la especie, y al ser estos dioses de la fertilidad, el sexo y siendo terrenales era obvio se le atribuyesen estas cualidades animales.
No obstante la masonería (logia que se nutre del uso de símbolos), o al menos el maestro masón Eliphas Levi, en su obra “Dogma y Ritual de la Alta Magia”, presento una estructura divina llamada Baphomet, la cual para muchos es una representación del mismo Satanás (tampoco hay que hacernos los tontos pensando que este no es el diablo, porque para mí en lo personal si lo es), aunque al igual que como toda representación de un dios o cualquier ser ctónico, en si esta figura es la suma de varios simbolismos (lo que la convierte en una estructura para el ojo humano) para representar las fuerzas del bien y del mal, si uno observa detenida y parcialmente puede notar que la figura viene siendo eso, una suma de simbolismos para representar la unidad de lo bueno y lo malo, de lo femenino y lo masculino, veamos que este ser o estructura tiene pechos de mujer en un cuerpo masculino, este ser también tiene un falo, el cual se transforma en un caduceo con serpientes, representación del bien y del mal, cuenta a la vez con cuernos y cabeza de chivo, simbolismos del mal y a la vez del poder, pero esta cabeza tiene una flama en la cabeza, lo cual es una representación de la luz y del conocimiento, los brazos señalando arriba como hacia abajo, en señal de representación de lo positivo y negativo, del bien y el mal (o del concepto hermético, como es arriba, es abajo), aunque otros atribuyen que esta estructura esta señalando dos esferas del árbol sefirótico de la vida: Binah (La Inteligencia siempre Activa) y Netzach (La Victoria de la Vida sobre la Muerte). Este ser esta sentado en un cubo, lo que indica que esta entidad estructural señala es el primer paso para la evolución humana o da la piedra de origen hacia la construcción de algo en el mundo (lo cual es algo muy masónico). Otra estructura similar al Baphomet es la estudiada por Jung, la figura del Abraxas, un ser con piernas de serpientes, cuerpo humano y cabeza de gallo, símbolos del bien y del mal, y a la vez del despertar de la humanidad. Como podemos notar el hombre para poder tener una conexión con una entidad utiliza al símbolo como una herramienta para representar a lo que busca adorar.
En el caso de Dios, notamos que este ha sido representado como un hombre anciano (esto como un simbolismo del padre, por ser un espíritu antiguo e incluso como simbolismo a su sabiduría, recordando que el ser un anciano es sinónimo de sabiduría), algunas veces como un triangulo con un ojo (una forma de recordar que el todo lo ve y afirmar la trinidad divina en su imagen), pero el mismo Dios en la misma biblia insinúa que no se le represente, el mismo indica que no tiene nombre. En el “Arte de Amar” del psicoanalista Erich Fromm, se indica lo siguiente: “El incidente más notable de este cambio es el relato bíblico de la revelación de Dios a Moisés. Cuando Moisés le dice a los hebreos no creerán que Dios lo ha enviado, a menos que pueda decirles el nombre de Dios (¿Cómo podrían los adoradores de ídolos comprender un Dios sin nombre, puesto que la esencia misma de un ídolo es tener un nombre?), Dios hace una concesión. Dice a Moisés que su nombre es “Yo soy el que soy”, “Yo soy el que seré es mi nombre”, el “Yo soy el que seré” significa que Dios no es finito, que no es una persona, un “ser”. La traducción más adecuada de la frase seria: dile que “mi nombre es sin nombre”. La prohibición de hacer imágenes de Dios, de pronunciar su nombre en vano, y eventualmente, de pronunciar su nombre en vano, y eventualmente, de pronunciar su nombre en absoluto, apunta a la misma finalidad, la de liberar al hombre de la idea de que Dios es un padre, una persona. En el desarrollo teológico ulterior, la idea se transforma en el principio de que ni siquiera deben darse a Dios atributos positivos. Decir que Dios es sabio, poderoso, bueno implica nuevamente que es una persona; todo lo que puedo hacer es decir lo que Dios no es, enumerar sus atributos negativos, postular que no es limitado, que no es malo, que no es injusto. Cuanto más se lo que Dios no es, mayor es mi conocimiento de Dios”.
Por lo que podemos notar, Dios es un ser inmaculado que no necesita tener un nombre y menos una forma física, pero el hombre que para creer necesita ver, le atribuye formas físicas, no obstante su personalidad ha variado, en la actualidad cuando hablamos de Dios, es la de un ser de amor, un padre que ama a su creación, aunque bíblicamente esto no lo ha sido siempre, o quizás si lo fue, veamos que en el antiguo testamento a Dios se nos presenta como un Dios iracundo, castigador y que proclama: “Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor” (Deuteronomio 32:35), pero este se debe al Zeitgeist, espíritu del tiempo y del líder religioso, veamos que el vocero de Dios viene siendo Moisés, es muy curioso que el patriarca bíblico era un hombre extremadamente severo que no le temblaba la mano castigar con la muerte a quien le desobedeciese y que mataba diciendo que era la orden de Dios, por lo que yo pregunto ¿era Dios quien indicaba matar o era Moisés quien patológicamente era quien quería matar?, si bien Dios no adora la idolatría, esto también fue dicho por el mismo Moisés, quien fue príncipe de Egipto y quizás en una forma de desligarse de tradiciones egipcias, podría haber indicado esto de no adorar símbolos como un modo de cortar con la idolatría de Egipto. Josué, sucesor de Moisés, siguió proclamando a Dios como un ser severo y que buscaba aplicar castigo. Pero en el Nuevo Testamento Jesús, nos trae a un Dios diferente, aquí Dios es un ser de amor y paz, pero hay que analizar que Jesús (hijo de Dios), fue y es una persona de paz, por lo que podemos pensar, el dios actual es una proyección de la personalidad de Jesús o realmente Dios siempre fue un ser de bondad, pero que sus líderes mal escogidos lo hicieron parecer como un ser inestable emocionalmente.
En los tiempos actuales, con la aparición de nuevas sectas y religiones neo-paganas, podemos destacar a la Wicca, la cual adora a un dios y una diosa, el simbolismo de lo sagrado masculino y femenino, desde la visión de la Psicología Analítica de Carl Gustav Jung, esta representación de adorar una figura femenina y masculina es una forma de expresar que tiene el hombre actual por darle tributo a los arquetipos del Anima y del Animus, pues si bien el ser humano como entidad es un ser bisexual, siempre va a tender a representar y quizás darle culto a su figura terrenal. No obstante en el Satanismo laveyano, se rinde culto al Yo, y se toma a la figura de Satán, como un arquetipo que representa el aspecto perverso del hombre, en parte esto corresponde a la psicología del hombre caído, en su necesidad de justificar sus pasiones y a la vez deidificarse para no sentirse en rechazo.
Como podemos ver en este articulo, he buscado exponer y hacer comprender, que el hombre ha estado siempre proyectando sus creencias y su fe a través de representaciones, somos criaturas que necesitamos del símbolo para proyectar una búsqueda hacia nuestro interior, usamos la imaginación como medio de protección y a la vez de expresión de nuestro lado de luz como de oscuridad, incluso si vemos en el budismo tibetano, rama del budismo donde hay figuras de demonios como de dioses, uno puede notar que sus demonios buscan que el hombre salga del infierno en que vive, un ejemplo de ello es Mahakala, el cual es un demonio que saca a los hombres del infierno para darles una segunda oportunidad para que no pequen, lo cual es una forma de simbolizar que en el mal puede haber bien (concepto muy similar al Ying y Yang del Taoismo, que por cierto es un mándala para Carl Gustav Jung), no obstante es vital comprender que muchas veces el hombre anda es búsqueda de protección y quizás en ese complejo de inferioridad va a estar constantemente atribuyéndole a lo divino diversas formas para proyectar la búsqueda de superioridad y pureza.
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