viernes, 8 de mayo de 2020

Sobre la Realidad en las Consultas Psicológicas y la Psicología


Para comenzar querido lector, este articulo no es un texto académico, sino es un llamado a la reflexión acerca de la realidad en el ámbito clínico de la Psicología, hemos sido testigos por años, que siempre ha existido un conflicto entre colegas, por cuestiones ideológicas, acerca de cuál es o debe ser la corriente psicológica que sea mejor que las demás que hay en el trabajo psicoterapéutico, o acerca de qué escuela psicológica tiene una validez “científica”. Para comenzar muchos psicólogos han iniciado una cacería de brujas entre colegas que practiquen corrientes psicológicas “no científicas”, mayormente esta cacería de brujas la inician supuestos psicólogos que en gran medida tienen una afición patológica a la corriente “Conductista” y a promover “Ciencia”, sin especificar claramente ¿Qué es ciencia?, y se reducen a cuestiones infantiloides de “esto no es científico”, “haber muestra la evidencia” o “eres un bruto por ser a fin al psicoanálisis, Gestalt, etc.”, pero en su afán de discriminar a los demás (que practiquen una corriente ajena a la suya o a los eclécticos) por lo usual tienden a promover a la Ciencia, cayendo en un plano dogmático, digno de un predicador fanático, a lo cual su proceder recibe el nombre de “Cientificismo”.

Obviamente, cada quien es dueño de decidir qué camino tomar, nadie dice que mi camino es mejor que el tuyo, pero si es necesario aprender de alguna forma, respetar al otro, desde una visión psicoanalítica y también junguiana, estos sujetos abiertos al “cientificismo”, por lo usual son sujetos con complejos de inferioridad, estos proyectan su fastidio, porque se ven “atemorizados” por el dominio y la preferencia que el público tiene a las escuelas psicológicas que ellos tildan de practicar la “pseudociencia”, muchas veces estos sujetos que promueven el odio, lo hacen en las universidades donde trabajan, mostrándose como personajes “serenos” a los alumnos, para de ese modo captar su atención e inyectarles el veneno u odio hacia otros colegas que no practican su mismo sendero, de alguna forma estos cientificistas proyectan su “Sombra” en los alumnos. 

Como Comunicador Social, titulado y estudiante de Psicología (en la actualidad), me he tomado por años hacer un estudio de muchas personas, desde estudiantes hasta docentes, he notado al menos en el grupo que conozco, que los docentes que promueven el odio a las “pseudociencias”, no son sujetos parciales, sino mas bien son personajes resentidos hacia la educación universitaria que recibieron y a la vez son sujetos con un bajo o nivel medio de lectura, pues tienden a leer solo lo que les compete y no leen o profundizan del tema al cual están juzgando, por ejemplo conozco un psicólogo que juzga a Freud de no ser ciencia, pero en su vida a leído las 23 obras completas de Sigmund Freud y menos las de Carl Jung O  Jacques Lacan (este último seria obvio pocos lo lean, pues Lacan en su lectura es bastante pesado y muchos psicoanalistas no están de acuerdo con su “psicoanálisis lacaniano”), lo que nos haría pensar a todos que juzgan sin conocer.

`Por otro lado hace un tiempo en una entrevista que realicé a un ex docente de donde estudie, acerca del “Conductismo”, manifestó que recibió una mala enseñanza en la universidad donde estudio, ya que se le enseñó técnicas que él ve como, inútiles, esto le hacía sentir una frustración  como psicólogo y halló en un profesor (actualmente ya fallecido) su salvación pues este le mostró el asunto del “Conductismo”,  lo malo es que el docente salvador (por fuentes cercanas era un sujeto resentido y con mucho rechazo hacia las pseudociencias, obviamente lo comprobé viendo su cuenta de Facebook y había en efecto publicaciones de odio hacia las pseudociencias, tildando a los que las practicaban como “Metamagufos”), esto en buena parte me hizo recordar a un curso que lleve en mi formación de comunicador social, acerca de los efectos que tienen los líderes de opinión sobre los demás.

Un líder de opinión es una persona cuya posición se halla en un plano alto (indudablemente su sistema de comunicación por lo general es vertical), y  su mensaje influye por el poder que tiene en su público. La masa, por el poder que tiene el líder, le va a alabar a este, por algo es su líder, y adoptaran lo que el maestro o líder en cuestión les promueve y enseña. Somos seres racionales, pero lastimosamente no todos lo somos, basta acordarse con la paradoja de George Orwell en su libro “Rebelión en la Granja”, donde se menciona: “Todos los animales son iguales, pero algunos animales son más iguales que otros”, esto quiere decir que hay personas  que no desean aprender, otros se conforman con la información que tienen quedándose en un plano mediocre, y otros estudian para poder desarrollar un pensamiento de librepensador, enseñar a los demás, mejorando la sociedad, pero hay otros que usan el conocimiento para implantar poder sobre el pueblo, público o masa, algo que una profesora de mi universidad y la cual también me enseñó en el colegio (y que por cierto la tomé como una segunda madre, la profesora Sandra Ortiz), denominaba a estos sujetos, en su vocabulario, como unos Canallas (en transcripción a sus palabras, ella no indicó: “Solo un Canalla, usa su conocimiento para aprovecharse del pueblo o utiliza el conocimiento para inculcar el odio”). 

Analizando el caso de mi entrevistado y su supuesto maestro, se analiza la relación del Canalla con el títere, es decir el maestro con resentimiento, el cual vio en el alumno, un potencial pomo para guardar sus pensamientos de odio (claramente este alumno sin cuestionarnos es alguien con un nivel bajo de autoestima y un alto grado de complejo de inferioridad), no obstante el alumno ya tenía un relleno de resentimiento que se hizo compatible con este odio, fíjense que el maestro, era tan manipulador, que mandó a este alumno (el cual ya era docente) y otro amigo de él (también discípulo de este maestro), a sabotear la conferencia de una psicóloga que practica la “pseudoterapia” de las Constelaciones Familiares, yo en lo particular no soy a fin a esta “técnica”, pero la respeto, no niego hay sujetos que han mostrado una “sanación”, con esta técnica algo cuestionada. El asunto va la poca ética de este maestro ya fallecido en enviar gente a sabotear y pretender dejar en ridículo a la psicóloga, aunque su plan se le salió con un tiro por la culata, pues la psicóloga con sus años de experiencia les dio una cátedra magistral muy bien fundamentada que ellos no supieron que decirle, yo fui testigo de ello, aunque en lo personal dieron un poco de risa con su conducta resentida. Actualmente manejan un grupo semillero, que enseñan su corriente pero que en vez de enfocarse en lo suyo, tienden a publicar de vez en cuando ataques a corrientes ajenas, pero ante todo lo expuesto del maestro no puedo dar un análisis preciso pero del alumno puedo decir, su odio no es a la pseudociencia, sino a la universidad, solo que por cuestiones de trabajo no lo menciona a viva voz, sino lo camufla con otro odio (como ya dije reclama contra su alma mater, pero trabajo para ella). 

No obstante estos ejemplos como muchos en cuestión buscan promover las terapias basadas en evidencia. Pero a ¿qué le podemos llamar “evidencia”? Para comenzar “la evidencia”, le llaman a toda terapia que muestra un resultado alto en mejoras de un paciente. Es importante mencionar, que la psicoterapia se basa en 3 principios básicos: “Sugestión”, “Persuasión” y “Exaltación”, ya de por sí, decirle a tu paciente que una terapia es científica y ha tenido resultados altos en mejoría de pacientes, estás trabajando de una forma hipnótica a tu paciente, es decir sugestionas en su mente que esto funciona si o si, en cierta manera el paciente se la cree y resulta el milagro, pero este milagro no siempre es dable, por eso en cualquier consulta se dice: “El trabajo lo realiza el paciente”, porque el terapeuta no hace el milagro, sino el paciente con su esfuerzo y determinación.  Pondré un ejemplo un poco lejano a la psicología, supongamos Pedro tiene un resfriado, el médico le indica tomar unas pastillas y guardar reposo, pero Pedro es un irresponsable que no guarda reposo, es mas ni se abriga pensando las pastillas le harán efecto o peor aún, no las toma ¿creen que Pedro se mejorara? Obviamente que no, y ¿es culpa del medico que Pedro, siga enfermo? Claro que no. 

Igual que mi ejemplo pasa en la psicoterapia, pongamos Pedro tiene un problema, asiste al psicólogo (ya sea un psicoanalista, un analista junguiano, un terapeuta cognitivo conductual o un psicoterapeuta existencial), le menciona a este el problema que le afecta, el psicólogo le escucha, le evalúa, le deja alguna tarea, y le pacta una cita (ya sea a la semana siguiente o cada 15 días), Pedro, no hace la tarea o lo que le indica el psicólogo, es mas tampoco cuenta todo en las sesiones (según Carl Gustav Jung, los pacientes no siempre revelan todo), falta a la sesión indicada, por ponerlo más preciso, le importa un cuerno su salud mental, pues piensa el psicólogo le solucionara la vida tal cual Mandrake, lo que nos indica que Pedro es un paciente que ofrece muchas resistencias y no toma en serio las cosas, el resultado es que Pedro jamás mejorara y encima le echará la culpa de todo al psicólogo.

Esto claro se da en pacientes con conductas infantiloides, narcisistas o sujetos ególatras, que piensan uno por que se le paga esta para arreglarles la vida. Lo que se hace o indica en consulta es para que el paciente vea su error o se le aconseja con decisiones sabias que ya pues está en el paciente practicar o no (tampoco es que vamos a estar las 24/7 en la vida del sujeto, el psicólogo tiene otros paciente o vida propia).

Lo que es cierto es que hay terapias que ofrecen fracasos casi seguros, por ejemplo las terapias de pareja, hay algunas que indudablemente se dan, pero hay otras en que uno de la pareja desea la mejoría y al otro le vale la relación, es mas el sujeto ofrece resistencias (pues se siente obligado) y toma a la consulta como una payasada para contentar a la pareja, que está pidiendo la terapia. Si se ofrecen estas resistencias, así seas un Sigmund Freud, B. F. Skinner, Carl Jung o un Eric Berne, obviamente tendrás problemas, el mismo Freud, indicó que de haber pacientes que ofrecían una resistencia al tratamiento, era mejor, dar un paso al costado (primero porque no toma en serio el tratamiento y en segundo porque no se puede obligar a alguien a cambiar, salvo lo encerremos aplicándole el Método Ludovico de la Naranja Mecánica).  

Un asunto muy importante que me viene a la mente es la cuestión de que haya conflictos en la psicología, es la mala situación en que esta el mercado de la salud mental, la gente piensa que ir al psicólogo es algo de locos (basta con esa broma de llamarnos “Psicolocos”), de hecho esa cuestión de promover el odio de si eres ciencia o no, parece propio de una pelea de mercado, por ver que clientes caen y aceptan un tratamiento con nosotros, para mí esto es un AD NAUSEAM, es decir vomitivo pues desprestigiar al colega por su postura ideológica con el fin de obtener dinero es patético y a la vez bastante bajo, aunque como dice el dicho: “En la guerra y el amor todo se vale”, en casos así, en lo personal no es dable.

Un tema muy importante es que el paciente o los pacientes en consulta, no les interesa saber si eres ciencia o no, es decir ellos vienen con su carga egocéntrica de que ellos tienen un problema y tu estas para sacárselo, no te van a entender quien es Freud o Skinner y tampoco es algo que les interese, salvo que por ahí en una conversa, el te muestre milagrosamente el interés y te pregunte quiénes son esos héroes tuyos, así que abre los ojos, tu paciente le vale 2 dientes de ajo si eres psicoanalista o conductista o lo que seas, tu solo eres su loquero, no su amigo, no su maestro. 

Una vez escuche una conferencia virtual de conductistas o mejor dicho analistas de la conducta, que el psicólogo mencionaba el aplicaba la medición de la salivación en su paciente para ver si había reducción de ansiedad (como si este fuese un perro), pero me pregunto, en la vida real ¿hay algún paciente se deje hacer eso? Ósea a mi me practican eso y no vuelvo, es mas aquellos psicólogos que te dicen: “yo solo te oigo, tú buscas sólito la respuesta”, a esos psicólogos, como cliente tampoco volvería a su consulta. 

Así que a veces los docentes de una forma son como los cantantes de Reggaetón, les gusta mostrar las joyas “falsas”, pues muchas veces en práctica lo expuesto, no es real o no se puede aplicar. Y ahí va el asunto, muchos alumnos de psicología solo reciben la información, tienen miedo a cuestionar al maestro por temor a que les repruebe (esto pasa en la mayoría de casos, lo he visto en Psicología como también en Ciencias de la Comunicación), otra el alumno piensa que el maestro, por ser maestro es la autoridad, cuando en realidad el puede estar tan perdido como tu o como yo. Ahora yo soy el terrorista o el subversivo en donde estudio, esto se debe a que tengo ya una formación y como tal me siento un maestro (es broma) pero al tener una formación todo lo que se me dé, voy a estar cuestionándolo e investigando para tener una mejor contrastación, ya que como comunicador se me ha programado por la búsqueda de la verdad en la información al público (aunque patéticamente en la actualidad, el público que he adoptado, son mis compañeros de clases). Para no extender  y esta lectura sea aburrida, la idea no es atacarnos por quien es mejor, esto no es una pelea de mercado como ya dije, somos profesionales y para mi el Psicólogo al igual que el Comunicador Social, debemos velar: POR MEJORAR LA VIDA DE LOS DEMÁS, no enfrascarnos en discusiones bizantinas que no llevan a nada.          

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