En la mañana mi colega Jean Paul Dufour, quien es un profesional enfocado en la Psicología Transpersonal, coloco una publicación en desaprobación del proceder del Capitán Christian Cueva, el cual pertenece al ejército peruano, dicho actuar de este oficial se le ve en un vídeo donde se le aprecia golpeando con puras cachetadas y mentadas de madre a un adolescente, recalcándole que es un “malandrín” y las “cosas” iban a cambiar. Yo en lo personal vi un vídeo donde se veía a un grupo de pandilleros de parque atacando a un policía, el cual continuaba con la escena donde aparece este capitán.
Como muchos al comienzo me deje llevar por la primera parte del vídeo, pensando que el muchacho (agredido por el militar) era el pandillero parte del vídeo que golpeaba al policía, pero luego vi que no era. Como muchos aplaudí al soldado de golpear al joven, pues quien no desea ver que un delincuente reciba una paliza, pero luego analice ¿esto es correcto? Indudablemente que no, porque el detenido es menor de edad, en segunda estaba desarmado o atado, por lo que en éticas de combate, no puedes atacar a un “enemigo” que esta vulnerable. Por otro lado, no estamos en un estado de guerra, estamos en un estado de emergencia sanitaria, que si bien hay muchos irresponsables que andan por ahí y que pueden infectar a otros, no debemos dejar que los “derechos” se vulneren. Reconozco que los militares reciben una formación para la guerra, una de mis amigas es sub oficial del ejército peruano, como ella misma dice así se les forma, pero la critica aquí no va al cómo se corrige, sino lo que alimenta ver esta acción.
Un psicoanalista argentino llamado, Sergio Alonso Ramírez, dijo: “El Sádico se disfraza de justiciero”, esto quiere decir que hay personas que dicen hacer “justicia”, pero utilizan el castigo físico, no para corregir con una especie de “Castigo positivo” para extinguir una mala conducta (lo cual es propio del conductismo operante), sino que usan el castigo para hacer una catarsis de botar su estrés, su frustración ante una situación o simplemente sentir placer al dañar a otro (que si bien es infractor) encubriendo su accionar sádico justificando que está actuando por el bien social. Miremos ejemplos como los inquisidores de la edad media, muchos de estos mataban brujas, herejes o criminales, no por que debieran hacerlo para limpiar a la iglesia o proteger a los feligreses, sino lo hacían porque querían hacerlo.
Sobre el público que aplaude, como he dicho, muchos tenemos ganas de ver al delincuente ser castigado, el joven del video, se nos vende como un “pandillero”, lo vamos a odiar o queremos ver recibir la paliza como un “símbolo” a todos aquellos que nos han agredido o violentado en vida, y a este soldado lo veremos como un “punisher”, un “castigador”, pero nosotros no vemos o quizás no queremos ver “castigo”, inconscientemente queremos ver “VENGANZA”, lo cual nos revela nuestra Pulsión de Muerte, nuestra Pulsión Tanatica, como aquel instinto animal que estaba dormido y que al ver esta escena se despierta por aquel “Principio de Placer” que se desfoga en eso, un placer de ver. Somos una sociedad neurótica, psicótica, mejor dicho una sociedad enferma que vemos por fuera pero no vemos por dentro que muchas de nuestras acciones tienen un proceder inconsciente, claro habrá un estimulo que va a llevar a una respuesta que las libera, pero seamos sinceros, guardamos odio en nosotros, muchas veces la figura del “otro errado”, pedimos sea exterminado por esas frustraciones a quienes nos “hicieron daño” y que no reconocemos han quedado impunes pero si otro que hace lo mismo “las paga” sentimos satisfacción, pero esa satisfacción realmente no es placer, sino lo que se denomina un “goce” (la sensación de satisfacción que produce un dolor), y este goce va a proyectar una fantasía, un fantasma de algo que no queríamos decir pero otro lo realizo por nosotros.
Retomando al tema del “Castigador”, casi todos los que llamamos “justicieros”, no hacen justicia, sino que liberan sus deseos sádicos, por ejemplo he conocido padres de familia, que golpean a sus hijos no porque deban corregirlos, sino que pegan a los hijos como un desfogue de golpear a la pareja que les hace daño, por que el hijo les recuerda físicamente a la pareja. Otro ejemplo es cuando un docente le tiene “bronca” a un alumno (algo común en la mediocre educación latinoamericana), pero esta alumno “subversivo”, comete una falta digamos contra un compañero o compañera, el profesor dirá que en su labor de docente va a corregir al alumno, ya sea expulsándolo o gritándole, pero no lo hace para extinguir el mal proceder del estudiante y reparar el daño al compañero o compañera que fue “lastimada”, sino que camufla el “castigo” como una oportunidad de hacer daño con una “acción” de querer castigar y hacer “justicia”. O veamos cuando alguien te pide perdón y tú en vez de perdonar sigues ahí poniéndote como “víctima” hasta que sientas que el otro ha quedado totalmente aniquilado (porque tienes una carga egoica, que el daño que te hacen debe ser expiado con mas sufrimiento, lo peor es que estos se dignan diciendo que son católicos, cristianos, cuando el mismo Jesucristo dijo perdona a tu enemigo, bueno ya Nietzsche dijo el único cristiano fue Jesús, el resto ni sigue las enseñanzas). Un ejemplo es cuando Jaime Bayly en su famosa obra: “No se lo Digas a Nadie”, nos presenta que su personaje principal Joaquín Camino es castigado por el director del colegio Markham por ser acusado de haberle pinchado las llantas, el director le castiga golpeándole con una vara de madera, mientras se masturba al golpear al estudiante, revelando que es un perverso sádico, no hace justicia, sino mas bien busca obtener placer mediante el dolor del otro, camuflando el castigo como un correctivo, mientras haya placer con un sufrimiento activándolo con la masturbación.
No digo que todo acto de justicia, sea un acto de sadismo, sino que muchos sádicos aprovechan la oportunidad de poder cumplir sus fantasías de hacer daño, so pretexto de hacer justicia. La verdadera justicia es socrática, lleva un pensamiento apolíneo, donde se corrige para mejorar, no para dañar física o mentalmente a alguien, el sadismo justiciero si busca dañar para corregir y obtener placer con la destrucción del otro. Sobre el proceder del adolescente irresponsable del vídeo debe ser sancionado, pero hay formas “no sádicas” de corregir y si disfrutas que otro reciba un castigo mientras es humillado, insultado o recibe una sanción perjudicial, créeme eres un ser bastante enfermo. No obstante hay que recordar aquella frase: "No hay maldad perfecta, ni justicia perfecta, se puede hacer justicia desde la maldad", para entender que a veces lo que vemos como "justo" muchas veces no lo es .…
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