miércoles, 8 de enero de 2020

Pacientes, Brujería y Psicologia


Vivimos en una sociedad la cual se encuentra en la actualidad en un crecimiento cultural y científico, aunque los Mass Media solo proyectan la decadencia social de la sociedad y pareciese que las sociedades estuviésemos en un estancamiento, lo cual tampoco difiere de la realidad. Lo que voy a exponer justamente va sobre un tipo de pensamiento que ya para la época en que vivimos es un tema que corresponde a pensamientos y tipos de creencias arcaicos y me refiero al asunto de la Brujería y la Hechicería. 

Muchas personas en la actualidad recurren a los brujos o a las brujas antes de ser atendidos por un psicólogo, un psiquiatra o cualquier tipo de psicoterapeuta, con la finalidad de encontrar una solución inmediata a sus problemas, algunos recurren a los brujos o adivinos para saber su destino por medio de los naipes o el Tarot al no saber que les sucede o quitarse el peso de una ansiedad de tratar de saber lo que les ocurrirá. Otros recurren a los brujos con el objetivo de poder obtener el amor o dominar a la pareja ya que en ellos existe una obsesión amorosa. También están los que recurren a los hechiceros y a la magia negra para realizar hechizos para vengarse, destruir al enemigo o tan solo hacer daño por medios mágicos por cuestiones de envidia. Obviamente están los que recurren a la magia para limpiarse de daños espirituales u obtener beneficios.

Para comprender porque las personas (en nuestra sociedad), aún recurren a la magia o a la hechicería es algo que tenemos que analizar desde varios ángulos, partamos desde el contexto histórico, tenemos que entender que los pueblos latinoamericanos, antes de la conquista tenían creencias mágicas, por ejemplo en Perú, los Incas creían en los llamados oráculos, sobre todo consultaban a los muertos en el Ayamarcay (dia de los muertos incaico), otras culturas como la mochica recurrían a rituales mágicos de sangre y al consumo de sustancias alucinógenas para contactar con los dioses, y en mi región el pueblo de los Guayacundos hacían rituales de magia negra por medio de los muertos para dominar y vencer al enemigo. En la cultura Maya, la leyenda de Hunanphu e Ixbalanque nos presenta a los gemelos brujos, los cuales por medio de sus artes mágicas vencieron a los señores del Xibalba. Si bien Norteamérica, no corresponde a Latinoamérica me gustaría exponer que los indios pieles rojas, practicaban la magia a través del chamanismo, para buscar oráculos, curar a los enfermos alejando los malos espíritus e incluso hacer que llueva sobre sus tierras.

Cuando llegaron los españoles, hubo una censura general a las creencias indígenas, se profanaron templos y como era costumbre cristiana, se construían iglesias encima de los templos paganos, cabe mencionarse que los indios fueron bautizados a la fuerza, por lo que algunos si bien fueron bautizados a la fuerza, se resistieron a abrazar al Cristo Blanco. En Perú, por ejemplo hubo un movimiento indígena llamado Taqui Onqoy, este movimiento fue liderado por el indio Juan Chocne. En el Taqui Onqoy surgía  la creencia de que en las huacas (es decir los templos indígenas), los dioses se enojaron por la expansión del cristianismo, por lo que los dioses se posesionaban de los indígenas y les hacían tocar música, bailar y anunciar la voluntad divina de volver a restaurar la cultura de la población que fue bautizada por la fuerza. El Taqui Onqoy buscaba por medio de sus rituales mágicos y de brujería derrotar al dios europeo y anular el bautismo para ellos, asi mismo expulsar a los españoles. La rebelión del Taqui Onqoy luego de varios años fue reprimida por el visitador Cristóbal de Albornoz, este llevó a la fuerza a Juan Chocne, líder del movimiento pagano y a los demás  líderes espirituales a Cusco, para que rechacen en acto público a sus creencias. Las mujeres participantes fueron recluidas en conventos y los curacas fueron multados por su participación en la sublevación. 

Los negros que fueron traídos como esclavos, enriquecieron las creencias mágicas de Latinoamérica, si bien al pueblo negro se le atribuye el culto del famoso Vudú, cabe decirse que no fue la única creencia mágica de ellos, en Brasil tenemos las creencias de la Quimbanda y la Umbanda, en Centro América y el Caribe las creencias del Palo Mayombe y el Palo Monte cobraron mucha fuerza al igual que la Santería (de esta se menciona que los negros bautizaron a sus dioses con nombres de los santos católicos, como una forma de camuflarlos y seguir adorándoles). A Satanás, se le dio el nombre del Mandinga, este era adorado como una forma de rebeldía al cristianismo que al igual que a los indios se les fue impuesto.


Con el avance de la historia de la conquista española, las creencias se fueron fusionando, estas creencias empezaron a cargarse de sentimientos de rechazo y odio a lo español, también a las injusticias que se daban, cabe mencionarse que la magia se volvió por decirlo así cada vez mas  “negra”, en Bolivia, Argentina y Chile, se hace mención de las llamadas Salamancas, estas eran cuevas que según se dice uno se introducía desnudo para pactar con el diablo con el fin de poder obtener favores del enemigo de Dios. En Paraguay se hacía culto al Pombero, el cual es un duende (lo más probable un antiguo dios guaraní), al cual se le pagaba con ron y tabaco a cambio de favores, en Perú y Bolivia, se adoraba de forma secreta al Supay, el cual si bien era el dios de los muertos, los españoles le asociaron al Diablo, por lo que los indios con mayor ímpetu buscaban pactar con este. 

Cuando llegó la inquisición española a tierras latinoamericanas, los inquisidores no hicieron caso de las brujerías de los indios, ya que para ellos los indios eran como niños y sus creencias poco les importaba, ya que para ellos los indígenas no tenían alma, por lo que la tarea de extirpar el paganismo indígena con el culto mágico de los indios, se la dejaban a los extirpadores de idolatrías, por otro lado los inquisidores si hicieron castigo a las brujas de raza blanca que vivían en tierras ya cristianizadas.  Un famoso caso de castigo a las creencias mágicas a un hombre blanco por parte de los españoles fue hacia una bruja llamada Barbula de Aguirre, en el año 1700, quien dio la confesión de haber usado a la Santa Trinidad, San Pedro y San Pablo para sus rituales de brujería. 

Un dato curioso,  es que los días en que se practica la brujería (al menos en mi país) son los Martes y Viernes (esto por ser el día que murió Jesucristo), si vemos esto desde la perspectiva de la psicología junguiana, podemos apreciar que esos días cobran poder por ser alimentados por las “creencias” que van incrementando al inconsciente colectivo, que los hace días poderosos para estas prácticas por medio de las creencias. También cabe decirse que la brujería utiliza los llamados encantamientos (letanías o palabras mágicas), estos provienen de los deseos más profundos que se hallan en la mente, pero para poder ser liberados el hechicero debe entrar en un estado alterado de conciencia, para luego disparar su deseo por medio de la boca. Hace mucho un paciente me refirió en consulta que para él, la palabra tiene poder y esto logra que lo que se desea se manifieste (como por arte de magia), este pensamiento coincide con lo que alguna vez dijo Sigmund Freud, sobre el uso de “la palabra” en su libro “Introducción al Psicoanálisis”: “La palabras, primitivamente formaban parte de la magia y conservan todavía en la actualidad algo de su antiguo poder”.

Para psicólogos como el psicólogo español Vicente Caballo un tipo de personalidad que recurre a lo mágico viene siendo la personalidad esquizotipica. Caballo menciona en su libro “Manual de Trastornos de la Personalidad” lo siguiente: “Los sujetos con un estilo esquizotipico de la personalidad son carne de cañón para sectas, especialmente aquellas que tratan con temas sobrenaturales, ocultos, misteriosos. Estos sujetos también pueden constituir un caldo de cultivo para la especulación, la brujería, la adivinación, el ocultismo. En buena medida, el mundo del ocultismo puede estar lleno de sujetos con características esquizotipicas. Es probable que gran parte de los que hoy se dicen adivinos, brujas, poseídos, no sea más que el reflejo de síntomas de este tipo.” Lo que Caballo ignora cómo algunos otros psicólogos es que la personalidad esquizotipica no sería la única que entraría en el juego de un pensamiento mágico, los narcisistas también entrarían en dicha forma de pensamiento. La mayoría de líderes de sectas, brujos y porque no, también mencionar a algunos líderes de religiones, logran ser personas con un elevado estado del “YO”, logrando ser personas completamente narcisistas. Las personas narcisistas que recurren a la magia negra, en su mayoría lo hacen con el fin de obtener poder y lograr dominar  o destruir a sus “enemigos”, viendo desde ese punto se puede decir que el pensamiento mágico, no solo corresponde exclusivamente a los esquizotitipicos sino también a los narcisistas.

Como mencione al inicio, hay personas que buscan la ayuda de la magia para obtener el amor o al menos forzar el amor por medio de lo que se conoce como “amarre”, esto es muy curioso, ya que muchos dirán: “el amor no se puede forzar”, en realidad, existe una patología de porque alguien recurriría a “amarrar” a otro, primero debemos analizar que el ser humano tiene como necesidad básica el ser amado, esto lo podemos apreciar desde la pirámide del psicólogo americano Abraham Maslow, quien nos señala que el hombre busca el amor, la amistad y la intimidad sexual, como una Necesidad de Filiación. Otra explicación de esa búsqueda de obtener el amor por medio de la magia se debe a un proceso de cobardía al no poder la persona decirle a la persona deseada lo que se siente, también cabe decir que la idealización sumado a un complejo de inferioridad (el cual se alimenta con una serie de distorsiones cognitivas como: “No me hará caso”, “seguro anda con otra persona mejor”, etc.) hacia la persona que desea (desde la terminología psicoanalítica: el Otro) es tan fuerte que se necesita de métodos sobrenaturales a ella, cabe aclarar que esta idealización es tan alta que la persona se siente tan poca cosa que empieza a imaginarse eventos y sucesos de una relación forzada e ideal, surgiendo así una especie de fantasma psicótico (es decir fantasías delirantes, según la terminología psicoanalítica), que al final solo termina por dañar psicológicamente a la persona que solicita este trabajo (sobre todo si dicho trabajo no tiene un resultado, y la persona lleva esperando más de 3 meses el dicho efecto mágico). En su mayoría las personas que solicitan un amarre son personas que se hallan en un estado total de obsesión e impotencia, tratando de obtener el amor “imposible” o recuperar el amor “perdido”, pero esto también es un reflejo que la persona que solicita es víctima de sufrir lo que se llama: “carencia de amor propio”, ya que el amarre nos muestra una persona que si bien se siente menos, necesita del otro para poder sentirse completa. También es notorio que en los encantamientos para el amarre hay una carga patológica de pensamientos, entre estas letanías tenemos al famoso: “Con dos te miro, con tres te ato, la sangre te bebo y el corazón te parto” y “Con la cola del diablo te vengo amarrando, con la guadaña de la muerte tu amor lo vengo cosechando y a ti fulano te vengo amarrando en esta noche que te vengo sesionando”, este tipo de sortilegios los cuales son repetidos como un mantra en sesiones de brujería nos revela que existe claramente una obsesión perversa por obtener el amor.

En otro campo de la brujería tenemos el de causarle daño al enemigo, para empezar este tipo de prácticas oscuras para dañar, siempre ha existido desde los orígenes de la civilización, en Perú, por ejemplo se comenta que quienes le hacen daño a otros es por cuestiones de envidia, ya que una persona no tolera que otro triunfe, notemos que otra vez se recae de un complejo de inferioridad por parte del victimario, que incapaz de lograr su éxito por medios propios o al menos esforzarse, busca por medios oscuros tumbar al contrario de forma “secreta”, también es notable que el victimario para dañar busca hacerlo en la noche (aunque esto según la tradición popular es que los demonios y muertos salen en la noche), ya que en la noche las personas al dormir sus “defensas psíquicas” disminuyen y por ende pueden recibir mejor los sortilegios, en libros como la “Biblia Satánica”, la cual fue escrita por el satanista Antón Lavey se explica esto. La magia negra para dañar mal a otro también se da por cuestiones también de vengarse a espaldas del otro y es ahí donde la patología mental se incrementa por los sentimientos del odio, tomando la “Biblia Satánica”, como referencia otra vez, en esta se hace mención que para aplicar un ritual de destrucción es necesario cargarse de odio para lograr un buen resultado. Indudablemente se dice que aquel que hace magia negra, esta se le retorna, pero analicemos que odiar tanto o al menos cargarse de mucho odio hacia alguien en cierta forma no hace que se retorne el daño, si no que este odio que se acumula, lo que puede generar son enfermedades de tipo psicosomático, miremos los ejemplos de que las personas coléricas son personas que se dañan el hígado, en mi experiencia personal yo he tenido un amigo venezolano, el cual siendo metalero recurría a la magia negra para limpiarse de enemigos, con el tiempo se cargo de tanto odio, que genero una soriasis, en una conversación que ambos tuvimos me refirió iba a dejar de hacer magia negra porque el acumular odio para dichos rituales lo único que había generado en el, era solamente producirle este problema cutáneo. Veamos que en la magia negra se emplea mucho la imagen de demonios con cuernos, el esqueleto humano con una guadaña, el cual se le conoce como “La Muerte” y es que este tipo de simbolismos usados, han sido codificados en nuestro inconsciente colectivo, como simbolismos de oscuridad, los cuales se hayan como parte del arquetipo de la Sombra, muchos de los rituales de magia negra, se nutren de alimentar ese lado oscuro nuestro por medio de nuestra sombra, el cual al ritualizar despierta dichas pulsiones tanáticas producto de sentimientos reprimidos de negatividad que no saldrían abiertamente y solo se hacen mediante la luz de unas velas negras que buscan darle oscuridad al “enemigo”. También debemos recordar que las conductas patológicas de la magia negra al menos por las llamadas brujas, desde la visión de Sigmund Freud corresponden o correspondían a posturas de la mujer histérica, propensa a creer que mantenía pactos y coito con el diablo para recibir oscuros favores.


La psicología como la psiquiatría últimamente se han ido nutriendo de conceptos mágicos y místicos, observemos que el famoso psiquiatra peruano Carlos Alberto Seguin, realizó un estudio llamado Psiquiatría Folklórica, el cual busca unir las artes de curación del chamanismo con la psiquiatría, además tenemos que recordar a la psicología transpersonal que es una fusión de la psicología oriental, la psicología junguiana con el chamanismo, donde se busca que el ser trascienda espiritualmente, es vital decir que la magia no solo debe ser vista para hacerle mal a otros, sino que hay personas que recurren a ella para hallar soluciones benéficas, y es ahí que la psiquiatría como la psicología al ver esto busca usar esas creencias con la finalidad de poder “sanar el espíritu”, y es que acordémonos que la palabra psicología significa el estudio del alma. El Dr. Carl Jung en su famosa obra Psicología y Alquimia nos hace un énfasis de lo importante de hacer alma.

Con lo expuesto podemos notar que el ser humano, necesita del pensamiento mágico para obtener una esperanza en obtener un resultado, el cual le ayude a salir de su estado de desesperación, característica de que existencialmente de que las personas requieren de la fe y la creencia como una parte esencial de su supervivencia que está ahí latente por sus vacíos y sus conflictos que siempre le acompañaran, pero que solo logran dañarlo con falsas esperanzas o alimentarle para darle fuerza en sus existencia, lo cual es algo que la psicologia no debe negar cuando atiende un paciente ya que sus creencias pueden ser la respuesta de solución al problema del individuo. 

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